Las Flores de Bach y el origen de la enfermedad
Uno de los aspectos más notable de la terapia floral de Bach es la búsqueda y el tratamiento del origen verdadero de la enfermedad. Cuando nos enfermamos, normalmente buscamos un remedio rápido y eficaz para sentirnos mejor, pero casi nunca nos ponemos a pensar en el verdadero origen de esta enfermedad. Por ejemplo, si nos da gripe, normalmente lo asociamos con algo externo, como lo es el virus de la gripe o el que nos hayamos mojado, tomado una nieve o salido a la calle una noche en que hacía frío. Estos factores pueden ayudar a que nos enfermemos, pero no siempre que nos mojamos o convivimos con una persona con gripa nos enfermamos, así que debe de haber otro factor, y ése es el factor emocional.
Cada vez son más las investigaciones que comprueban lo establecido por el Dr. Bach: las emociones tienen un efecto profundo en nuestra salud. No solo afectan al sistema inmunológico, sino que crean predisposiciones a muchas enfermedades. Prácticamente a cada enfermedad se le ha asociado una emoción negativa.
Por ejemplo, emociones como el odio, la envidia y el resentimiento están relacionados con enfermedades como el cáncer y la diabetes. Las enfermedades de la piel se relacionan con la falta de autoestima. Siempre que hay cambios en el estilo de vida hay tensión emocional, lo cual debilita el sistema inmunológico, que a su vez propicia el desarrollo de enfermedades.
Es allí donde las flores de Bach muestran su valor. No solo sirven para resolver el problema emocional, sino también la causa emocional de la enfermedad. Mientras algunas terapias pueden simplemente aliviar los síntomas, las flores de Bach resuelven su verdadero origen. No por esto debe de dejar de tratarse la enfermedad a nivel físico, pero si no se resuelve el problema emocional, es muy probable que con el paso del tiempo el problema físico vuelva a aparecer.
Una vez que entendemos que las enfermedades tienen su origen en las emociones, podemos analizarnos a nosotros mismos hasta encontrar cuales fueron las emociones que provocaron la enfermedad. Por ejemplo, si tenemos gripe, podemos recorrer las emociones y experiencias del pasado que nos han llevado a esta enfermedad. Puede ser una simple tensión emocional pasajera, por aspectos familiares, escolares, o de trabajo, pero lo suficientemente poderosa como para debilitarnos lo suficiente para que la enfermedad física se presente. Una vez que tomamos conciencia de ello, es más fácil y rápido superar la enfermedad.
De esta forma, podemos entender a las enfermedades no como castigos o errores, sino como oportunidades para superarnos emocionalmente. Lo más deseable es que continuamente nos analicemos para conocernos a nosotros mismos, superando así nuestras limitaciones y alzando una mejoría personal. Pero si no nos autoanalizamos, entonces aparece la enfermedad, como si nuestro yo interno nos dijera: “¡Oye, me estás descuidando!”
Ahora, no siempre es fácil identificar esas emociones, y mucho menos superarlas. Entonces usamos las flores de Bach, ofreciendo al cuerpo un estímulo adicional para superar nuestros miedos, resentimientos y traumas, por ejemplo.
Uno de los aspectos más notable de la terapia floral de Bach es la búsqueda y el tratamiento del origen verdadero de la enfermedad. Cuando nos enfermamos, normalmente buscamos un remedio rápido y eficaz para sentirnos mejor, pero casi nunca nos ponemos a pensar en el verdadero origen de esta enfermedad. Por ejemplo, si nos da gripe, normalmente lo asociamos con algo externo, como lo es el virus de la gripe o el que nos hayamos mojado, tomado una nieve o salido a la calle una noche en que hacía frío. Estos factores pueden ayudar a que nos enfermemos, pero no siempre que nos mojamos o convivimos con una persona con gripa nos enfermamos, así que debe de haber otro factor, y ése es el factor emocional.
Cada vez son más las investigaciones que comprueban lo establecido por el Dr. Bach: las emociones tienen un efecto profundo en nuestra salud. No solo afectan al sistema inmunológico, sino que crean predisposiciones a muchas enfermedades. Prácticamente a cada enfermedad se le ha asociado una emoción negativa.
Por ejemplo, emociones como el odio, la envidia y el resentimiento están relacionados con enfermedades como el cáncer y la diabetes. Las enfermedades de la piel se relacionan con la falta de autoestima. Siempre que hay cambios en el estilo de vida hay tensión emocional, lo cual debilita el sistema inmunológico, que a su vez propicia el desarrollo de enfermedades.
Es allí donde las flores de Bach muestran su valor. No solo sirven para resolver el problema emocional, sino también la causa emocional de la enfermedad. Mientras algunas terapias pueden simplemente aliviar los síntomas, las flores de Bach resuelven su verdadero origen. No por esto debe de dejar de tratarse la enfermedad a nivel físico, pero si no se resuelve el problema emocional, es muy probable que con el paso del tiempo el problema físico vuelva a aparecer.
Una vez que entendemos que las enfermedades tienen su origen en las emociones, podemos analizarnos a nosotros mismos hasta encontrar cuales fueron las emociones que provocaron la enfermedad. Por ejemplo, si tenemos gripe, podemos recorrer las emociones y experiencias del pasado que nos han llevado a esta enfermedad. Puede ser una simple tensión emocional pasajera, por aspectos familiares, escolares, o de trabajo, pero lo suficientemente poderosa como para debilitarnos lo suficiente para que la enfermedad física se presente. Una vez que tomamos conciencia de ello, es más fácil y rápido superar la enfermedad.
De esta forma, podemos entender a las enfermedades no como castigos o errores, sino como oportunidades para superarnos emocionalmente. Lo más deseable es que continuamente nos analicemos para conocernos a nosotros mismos, superando así nuestras limitaciones y alzando una mejoría personal. Pero si no nos autoanalizamos, entonces aparece la enfermedad, como si nuestro yo interno nos dijera: “¡Oye, me estás descuidando!”
Ahora, no siempre es fácil identificar esas emociones, y mucho menos superarlas. Entonces usamos las flores de Bach, ofreciendo al cuerpo un estímulo adicional para superar nuestros miedos, resentimientos y traumas, por ejemplo.
Como funcionan las Flores de Bach
El método se basa en el uso de trenita y ocho remedios naturales, derivados de las flores, que inciden sobre las vibraciones energéticas más sutiles del hombre.
Con la asimilación de los remedios, que carecen de efectos secundarios y no interfieren con los medicamentos, se obtiene una mayor resistencia a los trastornos físicos, así como una mayor serenidad y aceptación de uno mismo.
Pero ¿por qué precisamente las flores?, pues porque la vida de la planta se concentra en sus flores y es que la flor donde está la semilla que después vuelve a la tierra para regenerarse de nuevo.
Así, podemos apreciar cómo, al relacionarnos con las flores y la preparación de los remedios, actuamos a través de los cuatro elementos fundamentales que regulan la armonía de nuestro planeta:
-la tierra, que proporciona a la flor apoyo y alimento, y a nosotros nos da conciencia y sostén; sin la tierra, no podríamos existir, por lo menos tal como somos ahora;-el aire, que nos alimenta; -el fuego, que se expresa con toda su fuerza, a través también del sol que nos nutre y nos regenera, y es un elemento indispensable en la preparación de los remedios;-el agua, que nutre la planta y es determinante para la vida de todo el planeta y también para nosotros, dado que nuestro cuerpo está compuesto en un ochenta por ciento por agua y, además, porque los remedios se preparan utilizando el agua como elemento base.Así es como toda la naturaleza de los remedios se expresa a través del vínculo con los cuatro elementos que se encuentran en la base de la vida misma y son, por lo tanto, determinantes e imprescindibles.
No existe curación posible si no va acompañada por una actitud mental distinta, por la tranquilidad y la felicidad interior.
La única condición que debe tener en cuenta quien experimenta por sí mismo este método es que aprenda a reconocer honestamente los propios estados de ánimo, asociarlos con los remedios y confiarse a ellos para recuperar el bienestar.
Bach consideraba que estas flores pertenecen a un “orden superior”, por cuanto cada una de ellas canaliza una vibración energética que responde perfectamente a determinadas características del ánimo humano. Las treinta y ocho flores, por tanto, se relacionan con el paciente en función de un intercambio energético que podría definirse como “chispa divina”, o también como “potencial espiritual”, y que se clasifican de acuerdo con este potencial.
Por lo tanto, cuando un obstáculo se interpone entre nuestra personalidad y nuestro potencial espiritual, nuestro campo energético produce una vibración distorsionada que, con el tiempo, puede degenerar y activar un malestar de tipo físico.
El objetivo prioritario de las flores es el de relacionarse con nuestras características básicas, para devolverlas a su primitivo equilibrio y, por consiguiente, y a través de su vibración energética beneficiosa, recordándonos quiénes somos y cuáles son nuestras autenticas potencialidades.
Así, restablecidos, podremos por fin volver a alcanzar aquellas características primarias que forman nuestro bagaje de recursos, y que nos permiten reconocer nuestra unidad y nos confieren integridad.
¿Cómo puedo saber que flores tomar?
Elegir la flor adecuada supone estar en condiciones de actuar sobre uno mismo y sobre los demás para ayudarles a crecer espiritualmente. Significa asumir que, de este modo, se empieza a tomar conciencia de la propia vida para actuar y aprende a reconocer cuáles son los propios desequilibrios. Significa, por último permitir que las flores se relacionen con nosotros, equilibrándonos y a la vez sugiriéndonos una nueva forma de afrontar la vida cotidiana y las relaciones con quienes nos rodean.
Para lograrlo, debemos primero ser capaces de trabajar con constancia sobre nosotros mismos, para aprender a reconocer nuestros estados de ánimo, incluso el más profundo, y por consiguiente activar el proceso de curación.
Un proceso que, en apariencia, debemos emprender solos, pero que, realmente, nos permite sentirnos parte del mundo, iguales a todas las demás criaturas y, sobre todo, conscientes del hecho de que nuestros errores son parecidos a los de tantos otros y que a través del reconocimiento de los propios desequilibrios, se accede ala comprensión universal. De este modo, un acto de amor hacia nosotros mismos se transforma en un acto de amor y de comprensión respecto a los demás. Hay que acabar, en suma, con el hábito de comparar y confrontar todo con nosotros mismos y adoptar una nueva actitud. Debemos afrontar los retos que nos depara el destino con decisión, conscientes de que hemos de llevar a cabo una misión concreta en esta vida. De hecho, esos obstáculos nos permiten adquirir un reconocimiento más profundo sobre la realidad.
Una premisa de este tipo nos lleva a considerar que la elección de la flor adecuada esta estrechamente relacionada con nuestra habilidad para actuar como mediadores entre las propiedades de la flor y nuestra propia capacidad de comprensión, que debe carecer de proyecciones y prejuicios o, peor aún, de recelos y que, a su vez, debe estar dirigida por un cierto reconocimiento tanto de las flores como de las distintas sintomatologías.
Veamos cuáles son los sistemas más usados para identificar la flor más adecuada o para la correcta mezcla de los remedios.
Contamos con dos posibles métodos: El Método Racional y el Método Intuitivo.
El método racional
Este sistema consiste en efectuar un análisis de los trastornos físicos y emotivos del paciente.
Existen diversos métodos para llevarlo a cabo.
EL CUESTIONARIO
Se trata de un sistema muy práctico que consiste en preparar una lista de los remedios posibles y un pequeño cuestionario que tome en consideración una serie de trastornos en el que se marcaran con una cruz todos aquellos que no se correspondan con la manera normal de sentir y percibir de las personas en cuestión.
Una vez acabado el test, y partiendo de la lista de remedios, pondremos al lado de cada flor tantas cruces como veces aparece en el repertorio junto a los trastornos señalados. La suma final nos permitirá identificar las flores implicadas en mayor número.
En este momento tan sólo quedará decidir cuál es la terapia más eficaz y correcta.
EL COLOQUIO
Otro sistema consiste en una simple charla, durante la cual, a través de las respuestas que nos proporcionará la persona, podremos reconocer el problema principal y, por consiguiente, la flor o las flores más adecuadas.
EL ANÁLISIS
Por el contrario, por lo que respecta a la elección efectuada personalmente, lo mejor es, además del cuestionario, leer con atención, con el corazón abierto y dispuesto a la búsqueda, la descripción de las flores, para identificar a qué tipología pertenecemos y, en consecuencia proceder a un examen más profundo de nosotros mismos.
En cualquier caso, recordemos que no hay flores correctas y flores equivocadas, sino flores más o menos adecuadas. En el caso de que el diagnóstico fuera incorrecto no sufriremos daño alguno. Simplemente, nuestro superconsciente identificará esa flor como innecesaria. Sea como fuere, no hay que temer que una flor inadecuada pueda provocarnos un desequilibrio que no sufríamos antes. No es así como funciona la energía y la vibración de las flores. En realidad, se trata de una energía que trabaja únicamente de manera positiva y que, por definición, no puede aumentar el desequilibrio.
El método intuitivo
Los métodos intuitivos son múltiples, desde la elección casual de la botellita hasta el uso del péndulo.
Estos métodos tienen la ventaja indudable de desconectar la mente de cualquier análisis, perjuicio u otra prevención.
Con estos métodos, confiamos en la energía para acometer la indagación, dejándole que realice un trabajo que, en caso de hacerla nosotros, seguramente sería más imperfecta.
En lo que respecta al ambiente en el que debe procederse a esta indagación, comentaremos que obviamente, no es preciso guardar las flores en una habitación especial; de todos modos, no estaría de más que se desarrollara en un lugar confortable y apartado, más aún si decidimos adoptar el sistema intuitivo. Evitaremos cualquier tipo de distracción: una mesa llena de objetos inútiles, trasiego de gente, teléfonos que suenan, etc.
Si es posible, pondremos un poco de música suave y relajante.
¿Quién puede decidir que flores necesito?
Cualquier persona puede aprender a elegir los concentrados florales de Bach adecuados. Esto es válido, con muy pocas excepciones, para los casos de autotratamiento y de preparación de mezclas florales para personas de nuestro entorno familiar y circulo de amistades, y para estados agudos, como por ejemplo, problemas escolares, discusiones familiares o dificultades en el lugar de trabajo.
Pero hay que desaconsejar expresamente el tratamiento de personas desconocidas (tratamiento a extraños). Para que la terapia de Bach tenga éxito, es importante que el terapeuta tenga una formación especializada. Una persona que ha experimentado en si misma el efecto positivo de las flores de Bach esta deseosa de acudir presurosa en auxilio “del mundo entero”. Sin embargo, para poder ayudar realmente de un modo cualificado a otras personas, se necesita algo más que el puro entusiasmo.
Además de una capacidad de observación y de una intuición muy por encima de la medida, así como de una gran capacidad de comprensión, se requiere también la capacidad de mantener un distanciamiento crítico, mucha experiencia y una sólida técnica para el diálogo. Ni siquiera los profesionales poseen todas esas cualidades en la medida suficiente. De ahí que haya que ser también muy crítico al elegir el terapeuta adecuado.
¿Se pueden combinar las flores?
El sistema de Flores de Bach es armónico en sí mismo. Todas las esencias pueden combinarse entre sí, hasta el extremo de que determinadas flores, adecuadas para estados de ánimo aparentemente contradictorios, pueden utilizarse juntas en una mezcla. Incluso puede decirse que este tipo de estados a primera vista “opuestos”, se dan juntos con la relativa frecuencia.
¿Cuántas flores se pueden tomar combinadas?
Muchas personas, al conocer todo lo que hacen las Flores de Bach, sienten que deben de tomar todas las flores, o al menos, una gran cantidad de ellas.
Si las flores no tienen efectos secundarios, podríamos pensar en hacer una combinación con muchas flores. Pero se ha observado que mientras menos flores se den al mismo tiempo, su efecto es más rápido, profundo y duradero. Es por esto que normalmente es preferible hacer un mejor diagnóstico y dar pocas flores en lugar de muchas.
El criterio es: Primero tratar los más urgente y de mayor importancia para el paciente, y luego se pueden ir tratando los demás problemas. Esto requiere de disciplina por parte del paciente, pues si son muchos los problemas emocionales, el tratamiento puede ser largo para poder acabar con todos los problemas.
El máximo recomendado por el Dr. Bach es de 7 flores al mismo tiempo.
Sin embargo, no existe en la actualidad una respuesta de validez general; es preciso decidir en cada caso. Al inicio de una terapia con las flores de Bach puede suceder, por ejemplo, que el número de flores orientativo que se recomienda habitualmente (de cinco a siete) no sea suficiente. También, y sobre todo en el caso de los principiantes, cuando se duda entre una y otra flor, es mejor incluir ambas en la mezcla en lugar de descartar una flor, quizás importante, lo que podría dar lugar a poner en duda el efecto de toda la mezcla. Las flores elegidas que no sean adecuadas, no producirán ningún efecto en la mezcla. Por otro lado, no es aconsejable elegir innecesariamente un gran número de flores de acuerdo con el principio “a mayor cantidad mayor efecto”.
La experiencia demuestra que el número de flores de Bach que se necesitan va reduciéndose a lo largo de la terapia, conforme desaparecen los problemas más superficiales y solo van quedando los más profundos.
¿Se pueden combinar las Flores de Bach con otros sistemas florales?
En general nuestra recomendación es que no. Hay algunos sistemas más completos y más abiertos, con flores para estados emocionales muy específicos, y que agregan flores continuamente, y es común el querer combinarlo con las Flores de Bach. Pero otros sistemas florales, aunque también muy efectivos, tienen características diferentes.
Que problemas pueden haber con otros sistemas florales
A veces las flores usadas en algunos sistemas están comprometidas kármicamente, como la flor de la Amapola usada para fabricar heroína. Otras flores han sido usadas para rituales de brujería o magia negra, también deben de evitarse.
Hay flores con actividad nocturna o lunar en lugar de diurna o solar. Estas deben de evitarse.
Las flores de plantas venenosas no deben de usarse.
Las flores de algunos sistemas pertenecen a plantas parásitas de otras plantas. Estas flores pueden tener problemas.
Otros sistemas incluyen esencias de cristales, de colores, de sentimientos, etc., cuya energía no necesariamente armoniza bien con las Flores de Bach. En general deben de evitarse las esencias de cristales y minerales, aunque pueden usarse los cristales externamente en el cuerpo.
Algunos sistemas provienen de ambientes con climas muy distintos al de las Flores de Bach, por ejemplo las Flores del Desierto. Aunque estos sistemas pueden ser muy efectivos, tienen una energía diferente al de las Flores de Bach.
Lo mismo sucede con los sistemas algunos países, cuya energía es muy distinta a la del país de origen de las Flores de Bach, por ejemplo, las de Australia o de África.
El único sistema que recomendamos para combinar con las Flores de Bach es el de Flores de Saint Germain. Este sistema tiene una vibración muy similar a la de las Flores de Bach.
¿Quien puede tomar las Flores de Bach?
Las flores de Bach pueden ser tomadas por cualquier persona.
Bebés, Niños y Adolescentes
Mujeres embarazadas y en periodo de lactancia
Ancianos
Animales
Plantas
Personas que estén tomando otros medicamentos
Personas enfermas o convalecientes
Personas inconscientes o en estado de coma
No tienen efectos secundarios ni están contraindicadas para ninguna persona o padecimiento. Incluso pueden tomarse junto con otros medicamentos y terapias.
Quizás la única restricción es para alcohólicos, pues las flores de Bach se preparan en una base de brandy con agua. En este caso, hay que preparar las gotas en una base de vinagre con agua. Tanto el alcohol como el vinagre funcionan simplemente como conservadores, por lo que se pueden sustituir el uno por el otro.
Las personas inconscientes o en estado de coma pueden tomar las Flores de Bach a través de la piel, utilizando una crema a la que se le haya agregado tintura de Flores de Bach.
También las personas con enfermedades mentales serias pueden tomar Flores de Bach, pero en estos casos su terapeuta, ya sea psiquiatra o psicólogo, debe de valorar si las toman en conjunción con otros medicamentos o es lo único que toman.
Como preparar los remedios de Flores de Bach
En un frasco de 25 o 30 ml. se ponen:
un centímetro de brandy o vinagre
el resto con agua potable.
En este medio inerte se agregan las tinturas de la flor o las flores que se quieran preparar, en la siguiente cantidad:
2 gotas de tintura de Flores de Bach
4 gotas de tintura de combinación de Flores de Bach (por ejemplo, Rescue Remedy)
Se agita levemente y el remedio está listo para tomarse.
Es importante seguir ciertas recomendaciones al combinar las flores de Bach.
Después de esto, lo que resta es saber como tomar las flores de Bach.
¿Como y cada cuanto tiempo debo tomar las Flores de Bach?
Recomendaciones de horarios
¿Que hacer si me enfrento a una situación difícil o de emergencia?
Si es la primera vez que se toman Flores de Bach
¿Se puede aumentar la cantidad o frecuencia de las tomas?
Dosis
La norma general es tomar cuatro gotas, cuatro veces al día.
Recomendaciones de horarios
Alejadas de los alimentos. El sabor de los alimentos interviene con el efecto de las Flores de Bach. Las Flores deben de tomarse 10 minutos antes o 10 minutos después de las comidas.
Cada persona debe de elegir el momento en que pueda tomar las Flores de Bach, pero es recomendable que las dosis sean espaciadas y siempre a la misma hora.
Dos momentos en los que las Flores son particularmente efectivas es justo después de despertar y justo antes de dormir. Es por eso que recomendamos tomar las flores en estos momentos.
Un ejemplo de horarios para tomar las Flores de Bach sería:
Justo después de despertarse.
A media mañana.
A media tarde.
Justo antes de dormir.
En nuestra experiencia, algunas personas cargan las Flores consigo, pero se olvidan de tomarlas durante el día. También sucede que se olvidan de tomarlas durante el día y quieren tomar las cuatro tomas media hora antes de dormir, en lugar de espaciarlas en el día.
Tip: Como en todas las terapias, para que las Flores funcionen es necesario usarlas. Si encuentra que en su vida cotidiana se olvida de tomar las Flores durante el día, es preferible dejarlas junto a su cama, y solo hacer 2 tomas, una justo después de despertarse y otra justo antes de dormir.
¿Que hacer si me enfrento a una situación difícil o de emergencia?
Por ejemplo, si está tomando Flores de Bach para enfrentar el miedo a hablar en público, y en cierto momento tiene que enfrentarse a esa situación, puede aumentar la frecuencia de las tomas. Puede tomar las flores cada 10 minutos, una o dos horas antes de su plática o presentación.
Otro ejemplo: Está tomando Flores de Bach para olvidarse de una relación amorosa que ya terminó, pero que le sigue generando conflictos emocionales, como miedo a una nueva relación, depresión, tristeza profunda, ira o preocupación. De repente, esta persona le habla por teléfono, y usted presenta nerviosismo. Entonces puede tomarse una dosis de Flores de Bach cada diez minutos, hasta que desaparezca el nerviosismo.
También puede tomar las Flores de Bach justo antes de una operación, o durante el trabajo de parto, cada diez minutos.
Si es la primera vez que se toman Flores de Bach
La primera vez que una persona toma Flores de Bach, es recomendable que se sensibilice rápidamente. Esto se hace de la manera siguiente:
1er. día:
Tomar cuatro gotas cada 10 minutos, durante la primera hora.
Tomar cuatro gotas cada 20 minutos durante la segunda hora.
Posteriormente tomar cuatro gotas cada hora, durante el resto de ese día.
2do. día:
Tomar cuatro gotas cada hora, durante todo ese día.
3er. día en adelante:
Debe de tomar cuatro gotas, cuatro veces al día, a partir de este día, yen todos los días posteriores.
Esto es necesario para que el paciente se adapte al remedio, haciendo que su acción sea más eficaz, sensibilizándolo.
A veces el paciente no puede cumplir cabalmente este proceso de sensibilización y tiende a repetirlo o a abandonar el tratamiento. En estos casos, lo recomendable es que inicie el tratamiento en la forma normal de cuatro gotas, cuatro veces al día.
Después del primer frasco de Flores de Bach, Las soluciones deberán tomarse normalmente, cuatro veces al día, hasta que el frasco se termine.
¿Se puede incrementar la cantidad o frecuencia de las tomas?
En algunas ocasiones es necesario reforzar la acción del remedio, por lo que se puede incrementar la frecuencia de las tomas dependiendo de la situación del paciente, pero de ninguna manera se deberá modificar la dosis de cuatro gotas. Esto es, siempre deberán tomarse cuatro gotas, aunque se tomen más de cuatro veces al día.
En los casos de emergencia, o si se está enfrentando a una situación difícil, pueden tomarse cuatro gotas cada 5 minutos durante la primera media hora; durante la segunda media hora se puede incrementar la frecuencia a 10 minutos; posteriormente a 20 minutos y una vez superada la emergencia se deberá suministrar en la forma clásica de cuatro gotas, cuatro veces al día.
Repetimos, se puede incrementar la frecuencia, pero siempre se toman cuatro gotas.
Tiempo en que tienen efecto las Flores de Bach
Una terapia con las flores de Bach siempre transcurre de forma completamente individual, es decir, el modo en el que se desarrolla depende en cada caso del estado de la persona. El desarrollo de cada individuo estará condicionado por la estructura de su personalidad. Según la experiencia, las personas que por temperamento son más bien lentas reaccionan también con lentitud a los impulsos de las flores de Bach. Otras, por el contrario, perciben una reacción ya después de la primera toma.
La experiencia práctica de más de 60 años con la terapia de las flores de Bach ha permitido reunir un gran número de interesantes observaciones en lo que se refiere a las reacciones que se producen al tomar las flores de Bach. Algunas personas ya sienten un efecto inmediato, la primera vez que las toman; puede ser, por ejemplo, una sensación de calor o de frío, o una agradable sensación electrizante. A veces se produce una clara sensación de desahogo, un suspiro de alivio o se tiene la impresión de que el entorno ha adquirido repentinamente una mayor claridad y grandeza.
Este tipo de reacciones demuestran que, quizás después de mucho tiempo, se ha podido recuperar el contacto con el propio Yo Superior; pero esas reacciones no se advierten necesariamente en todos los casos.
¿Cuando no funcionan las Flores de Bach?
Como en todas las terapéuticas, también en ésta hay cierto número de fracasos, que según el Centro Bach sería del 25% de todos los casos. Éstos pueden ser atribuidos a distintos motivos, a la poca capacidad de quien prescribe los remedios florales para encontrar las verdaderas dificultades del paciente o a la falta de perseverancia por parte de quien los toma. En otros casos, a la falta de un deseo verdadero de mejorar. Personas que no quieren, no van a mejorar. Pero no es necesario creer en esta terapéutica. Actúa igual aunque no se crea, siempre que se tome. De esto da fe el hecho de que hay personas que toman los remedios sin saberlo, como un acto de amor, de afecto, de quien, a pesar del desinterés del sujeto en cuestión, desea que éste mejor.
Si bien una parte fundamental de la terapéutica son las flores de Bach, otra es la entrevista con el paciente. El contacto personal, la posibilidad de sentirse escuchado, no solo oído, la posibilidad de descargar su peso, no puede ser obviado. Diría que la mayoría de los pacientes salen del consultorio diciendo “Ya me siento mejor, aun antes de tomar las flores”.
Algunas personas no se dan el tiempo suficiente para que las flores actúen. Al estilo de “tomo una aspirina y se me va el dolor de cabeza” esperan resultados inmediatamente. Empiezan hoy, y mañana ya llaman por teléfono diciendo que las flores no les hacen nada, quejándose del fracaso de esta terapia.
Los remedios florales actúan lenta y gradualmente. El desequilibrio también se fue instalando de la misma manera sin que la persona lo notara. Aun cuando ya hay signos visibles a veces tarda bastante en querer notarlos. El terapeuta no debe dejarse presionar por el apuro del paciente, ya que dar los remedios con una frecuencia muy alta para que actúen más rápido, fuerza los procesos evolutivos porque desbloquea de golpe. Hay que ser prudente, porque los cambios demasiado rápidos asustan y pueden producir una reacción en relación con su identidad.
En resumen, si tras tomar durante dos o tres semanas las Flores de Bach, no apreciamos ningún efecto, las causas del fracaso del tratamiento pueden ser de diverso orden:
La mezcla no era la adecuada: comparemos nuestros síntomas con las descripciones o bien, si hemos usado el método de test, probemos con el intuitivo.
Las expectativas eran exageradas: se tiende a veces a no apreciar los pequeños cambios que se producen y a olvidar el malestar que nos ha llevado a recurrir a las flores.
Falta de una disposición real que cambiar: en realidad, la disposición es sólo aparente, mientras que en nuestro interior seguimos conservando una actitud cerrada.
¿Hay Contraindicaciones de las Flores de Bach?
Hasta ahora, no se han descrito efectos secundarios ni interacciones con otros fármacos.
Esta suposición parte de un malentendido, ya que los concentrados florales no son como los medicamentos habituales. El efecto se produce en el plano anímico, los impulsos energéticos de las flores armonizan estados anímicos negativos bloqueados, hasta que se produce armonización.
Los remedios de Bach son absolutamente benignos en su acción; nunca pueden producir una reacción desagradable en circunstancia alguna. En consecuencia, pueden prescribirse con seguridad y todos pueden usarlos, y esa fue la intención del Doctor Bach: que el hombre pudiera encargarse de su propia curación. Los remedios de Bach pueden tomarse junto con cualquier otro medicamento con absoluta seguridad; no hay el menor riesgo de que produzcan efecto nocivo o entren en conflicto con otro medicamento.
¿Hay reacciones secundarias?
Al hablar de empeoramientos iniciales nos referimos al recrudecimiento subjetivo de los síntomas o al empeoramiento que se experimenta como consecuencia de los cambios que se producen en el propio estado, y que pueden aparecer al inicio de una terapia floral de Bach. En lugar de los sentimientos positivos, puede aparecer también una intensificación de los estados anímicos negativos durante los primeros días en que se toman las gotas de una nueva mezcla.
Todas estas reacciones forman parte del proceso de curación. Los impulsos energéticos de las flores de Bach ponen en marcha un proceso de rearmonización, en cuyo inicio suele producirse una limpieza en profundidad. Las reacciones violentas muestran claramente que tiene lugar un proceso de excreción, tanto en el plano anímico como en el físico. Sería incorrecto y perjudicial para el propio progreso rebelarse contra este proceso natural y al fin y al cabo beneficioso. Por el contrario, si estas crisis curativas se comprenden como un paso hacia adelante en el desarrollo y armonización de la personalidad, se estimula el desarrollo positivo.
Cuando hay reacciones intensas, lo que sucede muy pocas veces, pueden reducirse las tomas, si es necesario, hasta una gota al día. Otra posibilidad es tomar Rescue.
¿Las Flores de Bach crean adicción?
Tomar las flores de Bach durante un tiempo prolongado, no crea habito ni adicción, ya que tanto por sus características como por su forma de actuar, las flores de Bach se diferencian básicamente de los medicamentos convencionales. Los concentrados florales actúan en un plano superior, contribuyendo a estabilizar una situación anímica que se ha desequilibrado. Tan pronto se ha restablecido el equilibrio, los remedios no tienen ningún efecto posterior y la experiencia demuestra que la persona pierde el interés por las gotas. Hasta el momento no se ha producido ningún caso de habito. Así pues no debe temerse la adicción; al contrario, las flores de Bach nos ayudan a seguir desarrollando nuestra personalidad y a descubrir poco a poco nuestras capacidades interiores. Los viejos modelos anímicos negativos, como por ejemplo el convencimiento de tener que aceptar las propias debilidades anímicas, se reconocen de manera consciente y se transforman con la ayuda de la energía de las flores (en este caso Hornbeam), de manera que puede producirse un proceso de creciente independencia, autonomía y liberación.